domingo, 1 de mayo de 2011

Los mejores libros de computación

Uno de los libros que me enseñó a programar

Cómo aprendí a programar en casa, con la ayuda de los mejores libros

Aprender programación de computadoras en casa es posible. Es más, yo diría que es la única manera de aprender. Cierto que un curso o dos sirven (y por supuesto, para los profesionales, la universidad). Pero aficionado o estudiante, todos tenemos algún día que escribir nuestro primer programa y lograr que diga "hola mundo" (es una tradición entre los programadores hacer primero, para probar, un programa muy simple que diga solamente "hola mundo", en inglés "hello world").

También tenemos que aprender a usar un compilador, y a lanzar un debugger (programa usado para testear programas) poner breakpoints, probar de dar valores a variables y ver qué pasa, etc. Eso sólo se puede hacer en casa. Y se necesitan horas, horas de cometer errores y subsanarlos, aprendiendo en el camino. Cuando yo empecé no tenía acceso a la web, así que recurrí a libros. Todavía hoy, con forums y ayuda online, los libros siguen siendo una de las mejores formas de aprender a usar bien las computadoras. E incluso a programar.

Confieso que la primer vez que agarré The C++ programming language, fue demasiado para mí. Tuve que empezar por algo menos abstracto. En una librería de Buenos Aires encontré un excelente libro sobre C (el lenguaje C es un subset de C++) que se llama The Joy of C.

Pero hay otro problema. Windows viene sin lenguajes de programación. Peor todavía, muchos libros de programación asumen que uno usa UNIX o Linux. Así que instalé Linux que es gratis y viene con cantidad de lenguajes de programación...pero hay que aprender a usar Linux.

Allí llegué a los libros de la editorial OReilly. Creo que primero fue el clásico Running Linux, que enseña a instalar Linux (para entonces yo ya lo había hecho), pero también a usarlo. Según veo va por la 5a edición.
Luego pasé a otros libros de OReilly. Todos son una maravilla de claridad, llenos de ejemplos breves y de soluciones a problemas reales. La diagramación es perfecta.
Es falso que las computadoras signifiquen el fin de los libros. OReilly vende en todo el mundo libros sobre computación. Hace tiempo se limitaba a UNIX y Linux, pero enseguida abarcó Windows, y también Mac , iphone, etc. Hace tiempo lanzó una serie que se llama "The missing manual" (el manual faltante). La idea es brindar los manuales que, como ellos dicen, "deberían haber venido en la cajita". Es decir, ellos te ofrecen el libro que "debería" haber venido con la caja de muchos productos, para que aprendas a usarlos a fondo. Una gran idea.

Muchos libros de OReilly tienen dibujos de animales, es una de sus marcas distintivas. Al comienzo muchos de los libros sobre Windows tenían dibujos de sapos, en irónica referencia a los problemas de Windows. Ahora sacan tantos libros que no siempre las tapas tienen animales. La serie "El manual faltante" ahora cubre temas que van más allá de la computación. Hay uno "Tu cuerpo" (el manual faltante), "Tu dinero" (el manual faltante), etc. Todos llenos de información clarísima.
Tampoco es cierto que una empresa que crece deba aplastar a las más pequeñas. OReilly le ha dado espacio y vende libros de otra editorial más chica que sigue sus pasos y que se llama Editoral Sin Almidón, No-Starch Press. Ellos tomaron la idea de OReilly: libros claros, con una diagramación perfecta, texto divertido e instructivo. Vean este ejemplo, un libro para jóvenes sobre Haskell.

Ojo, Haskell es un lenguaje de programación experimental que están desarrollando las universidades más avanzadas del mundo. Es decir que no se trata de un librito sobre niñerías. La idea es: conceptos avanzados, lenguaje claro.

A esta altura comprenderán que soy un fan de OReilly. He visto que ahora han publicado un libro para viajeros, con los lugares que tienen maravillas tecnológicas dignas de ver: puentes, edificios, etc. Gran idea.

Me dirán, estos libros están en inglés. Bueno, algunos pocos libros de OReilly han sido traducidos al español. Pero hay un mundo que está en inglés, y para explorarlo tenemos que aprender ese idioma. Quizá Ud. lector  ya es grande, está ocupado y no puede inscribirse en un curso de inglés. Si tiene esa mala suerte, entonces bríndele la oportunidad de explorar ese ancho mundo a sus hijos, a sus nietos. O aconseje a algún jovencito que aprenda inglés. Una vez hace más de treinta años un profesor me dio ese consejo, y siempre se lo voy a agradecer.

1 comentario:

  1. La nota de Barbero me transporta al año 1984, cuando decidí volver al ejercicio de la profesión y tuve oportunidad de desempeñarme como asesor letrado de una importante softhouse radicada en la Tandil. Destaco que en 1984 ningún abogado tenía computadora; tal afirmación es correcta, al menos en los ámbitos en los cuales yo actuaba. Recuerdo que la empresa puso a mi disposición una PC con impresora, ambas marca IBM. Por supuesto, el monitor era monocromático (verde) y el procesador era XT, poca velocidad, poca memoria Ram, poca memoria en disco. Todo en inglés. Usaba como procesador de texto el “Multimate”. Por supuesto, no existían las intefaces amigables como “Windows”, por lo que tuve que aprender el manejo del sistema operativo DOS. En suma, puedo refrendar, por experiencia personal, el acierto y la utilidad del mensaje que se procura transmitir. Aclaro, además, que el desafío que él aceptó fue mucho más complejo, dado que yo nunca me atreví a programar. Nunca es tarde.

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