sábado, 30 de abril de 2011

Gran cine mudo: Mary Pickford en: El Pequeño Lord Fauntleroy

Mary Pickford en el papel de un niño valiente...y también en el de su madre


Llegué a esta película indirectamente, siguiendo un dato que da una mujer a la que admiro (muchas veces pasa así en las cosas bellas que descubrimos). Ayaan Hirsi Ali describe en su libro Infiel (infiel en el sentido religioso) cómo fue su infancia en Somalía, la mentalidad de clan, la persecución política y religiosa. En un momento del libro ella cuenta cómo descubre el tesoro de la literatura occidental (Ayaan lo puede decir sin temor a ser políticamente incorrecta, porque ella viene de un país africano). Descubre un mundo de aventuras, donde las personas se definen por lo que ellas hacen y no por la pertenencia a un clan. Es difícil captar lo que debe haber significado para Ayaan encontrar una visión tan distinta del mundo en libros infantiles.
Entre esos libros ella menciona El Pequeño Lord Fauntleroy. Anoté el nombre y pensé en buscarlo luego.
Después encontré que Mary Pickford, la famosa actriz del cine mudo, había hecho una película sobre el libro en 1926. Ella hace el papel de un niño norteamericano y también de su madre. Un viejo Lord inglés descubre que el niño es su heredero y los manda llamar.
A partir de allí se ven los cambios que produce en el viejo Lord, y en todo su entorno un niño que no tiene temor a ser franco y afectuoso. Muestra su valentía al subirse a un caballo, y se vuelve a subir cuando se cae. Eso inspira a su abuelo dolorido por la gota. El pequeño Lord ayuda a una señora enferma del vecindario y a sus hijos, y lo hace pensando que es la cosa más natural del mundo. El pequeño Lord Fauntleroy es valiente pero amable. No hay mejor definición de la verdadera nobleza.
Ahora les pido algo: tengan firmes las riendas del cinismo que enseguida aflora para embarrar todo eso. Controlen a la bestia destructora de belleza que salta desesperada para asegurarnos que esa bondad y valentía no son realistas. Dejen para después el análisis marxista de las contradicciones sociales. Sofrenen el instinto de rechazar todo lo que se ve antiguo, en blanco y negro, sin sonido.


Nos jactamos de ser modernos y desprejuiciados. Pues bien, probemos de serlo realmente, probemos la inmersión en un mundo distinto al nuestro, sin escafandras que nos den constantemente el aire viciado al que estamos acostumbrados. Hubo un mundo que no pensaba que la mezcla de valentía y bondad del Pequeño Lord Fauntleroy fuera absurda. Quizá nosotros aprendamos de nuevo que no lo era.
Nos hemos acostumbrado a las escenas de violencia, a los insultos y los gritos pelados, al cinismo en el que ninguna persona es otra cosa que lo que ha determinado algún trasfondo sociológico. Para entender la belleza del Pequeño Lord probablemente tengamos que hacer como el borracho que ya no le siente el gusto a la grapa, y decide que ya no es cuestión de buscar algo más fuerte y burdo, sino que tiene que volver a entender la belleza de las cosas delicadas.


Después de todo, piensen que el libro infantil en el que se basa la película le hizo ver un mundo diferente a Ayaan Hirsi Ali, una niña africana que vio cosas mucho más violentas y crueles que las novelas y películas con las que muchos adultos occidentales tratan de combatir el aburrimiento.
También está la música de la película. Sucede que muchas películas mudas vienen con un acompañamiento sonoro horrible, una pianola que molesta y que nos recuerda permanentemente que estamos viendo algo viejo que podemos despreciar sin ulteriores pensamientos. En este caso tenemos una música hermosa que refleja perfectamente el espíritu de la película.
Hay clips del Pequeño Lord Fauntleroy en YouTube, yo he puesto la primera parte arriba, y he tenido la suerte de verla toda. Fíjense en la preciosa escena inicial que muestra un Nueva York de fin del siglo XIX.


(Nota: YouTube ha retirado los videos a que hago referencia en la nota, por un problema de Copyright. Así que he puesto fotos tomadas de la película).
Luego de ver la película me puse a buscar otras con Mary Pickford. Primero eso, y no la información, que también hay mucha, sobre su vida. Si deciden buscar información, he comprobado que la versión en español en la Wikipedia es bastante discutible y diferente a la que se ve en inglés. Pero yo dejaría eso enteramente.
Creo que lo que importa en los artistas no es con quién se casaron, si bebían o no, dónde murieron, etc. Lo que a mí me importa es lo que hicieron. Y creo que también eso era lo que les importaba a ellos.

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