lunes, 26 de diciembre de 2011

Thomas Kuhn y los paradigmas




Desde hace algunos años encuentro referencias a Thomas Kuhn y a los cambios de paradigmas en notas sobre asuntos legales, y hasta en artículos de diarios. 
     Así por ejemplo, los profesores les enseñan a sus alumnos en la carrera de derecho sobre el nuevo paradigma que se ha impuesto en el derecho a la reparación por accidentes. O un profesor comenta en una revista jurídica un fallo de la Corte Suprema y afirma que impone un nuevo paradigma sobre la forma en que se deben juzgar los casos sobre discriminación. O un periodista nos habla del cambio de paradigma en la lectura de libros. Y así con muchos otros temas.

     Dicho rápidamente, lo que se quiere decir con esas frases es que hay una nueva concepción que se ha vuelto dominante entre las personas que enseñan o escriben sobre un tema, y que las viejas ideas ya ni se mencionan. Claro que eso se podría decir sencillamente de ese modo, sin necesidad de citar a Thomas Kuhn y sus paradigmas. Pero la cita de los paradigmas hace que la mera mención de un cambio de ideas se relacione con toda una teoría acerca de la forma en la que evoluciona la ciencia. Esa supuesta relación, según trataré de mostrarlo, es equivocada.

     Veamos ¿qué es lo que dijo Thomas Kuhn y qué aplicación tiene a los cambios de ideas? No voy a repetir los datos sobre su vida y obra, que se pueden leer siguiendo los link. Pero sí creo necesario decir dos cosas

1 que según el propio Kuhn su teoría de los paradigmas no se aplica a las ciencias sociales
2 que, además, incluso en las ciencias naturales en las que según Kuhn sí hay paradigmas, su teoría es bastante cuestionable. Y no lo digo yo, lo intentaré demostrar con un ejemplo que da Albert Einstein.

Las ciencias sociales no tienen paradigmas
En el prólogo de su libro más conocido “La estructura de las revoluciones científicas” de 1962, Kuhn dice que siendo él un físico, asistió a discusiones entre científicos sociales y le sorprendió que no llegaran ponerse de acuerdo en cuestiones siquiera mínimas. Le pareció que había una diferencia con los físicos, químicos, biólogos, etc. y que los científicos sociales no tenían un método común que todos aceptaban, algunos problemas fundamentales que todos intentaban solucionar, y conceptos que tenían igual significado para todos. A esta comunidad de ideas y aspiraciones Kuhn la llamó “paradigma”.

El encuentro con lo distinto, con quienes carecían de paradigmas en las ciencias sociales, llevó a Kuhn a indagar acerca de la forma en la que progresan las ciencias naturales, sobre todo la física, que era su profesión. Kuhn creyó que el progreso no era gradual, sino que se daba a través de revoluciones científicas en las que un nuevo paradigma reemplazaba a otro. El ejemplo clásico de este cambio es el paso de la física de Newton a la de Einstein.

Kuhn pensó que su esquema de revoluciones se aplicaba a las ciencias naturales, y todos sus ejemplos se refieren a la física, química, biología, y ciencias similares. No es correcto entonces vincular su teoría del cambio de paradigmas con los cambios de opiniones en las ciencias sociales, y menos en el Derecho. Que hay un paradigma significa que hay un método científico que todos comparten, que hay una forma de colectar datos, de áreas de exploración, de conceptos comunes, etc. Las ciencias sociales no tienen nada de eso, no tienen estrictamente paradigmas, y por lo mismo no tienen revoluciones –en el sentido de Kuhn- en el que uno reemplaza a otro.
En libros posteriores al famoso La Estructura de las Revoluciones Científicas, Kuhn dejó abierta la pregunta acerca de si algunas ciencias sociales no estaban adquiriendo al menos una parte de un paradigma. Él no tenía una respuesta, y no ingresó en la cuestión.
A consecuencia de lo dicho, creo que no es correcto referirse a los cambios en las ciencias sociales como cambios de paradigma, al menos sin aclarar que uno está usando esa palabra erudita para referirse solamente a un cambio en las ideas en boga, es decir, a algo totalmente distinto a lo que describió Thomas Kuhn.

Peor en el Derecho
Si ya es impreciso referirse a los cambios de paradigma en las ciencias sociales, mucho peor es hacerlo en el Derecho. Allí los cambios se refieren a la vida de las personas. A cómo pueden casarse, criar a sus hijos, ganar su salario, y gastarlo. Los cambios en las leyes que rigen esos asuntos no deben ser presentados como si fueran parecidos a los cambios en la forma en la que los químicos llevan a cabo sus investigaciones, o los nuevos temas que captan la atención de los biólogos. A menos que un pueblo se vuelva totalmente indiferente a su propio destino (y creo que una parte del argentino no se ha resignado a eso) nunca verá los cambios en las leyes que rigen su vida del mismo modo que contempla los cambios en las técnicas de laboratorio
Además, lo que los profesores de derecho describen como un nuevo paradigma consiste frecuentemente en la repetición de las teorías en boga en los años 30 del siglo XX. En Argentina, tan parecida a un parque jurásico de las ideologías, casi todo lo que se escribió en esa época se desempolva todos los años y se presenta de nuevo como “la última tendencia”.

Coqueteando con el relativismo
En las ciencias naturales, que es el campo en el que Kuhn creyó encontrar cambios revolucionarios de paradigmas (porque por empezar hay paradigmas), su explicación del avance científico es bastante descorazonadora.
La teoría de Kuhn está muy cerca del relativismo epistemológico, y hasta se podría decir que es su más reciente expresión. ¿Qué quiere decir esto? El relativismo epistemológico consiste en creer que el conocimiento objetivo no sólo es difícil, sino imposible. Los pensamientos verdaderos no corrigen a los equivocados, porque en realidad no hay ni verdad ni error. La llamada verdad es sólo una idea que se impuso a otras por casualidad, y generalmente por la fuerza.
En seguida se ve que ese relativismo coincide con las convicciones (o más bien falta de convicciones) que se han terminado por imponer entre millones de argentinos. Es la excusa perfecta para mirar indiferente y con una sonrisa de superioridad al debate entre la verdad y la mentira. Y encogerse de hombros cuando la verdad es pisoteada...si no existe la verdad, nada se pierde. Una mentira triunfó sobre otra.
El propio Kuhn escribió que su explicación de los avances en la ciencia se parece bastante a la descripción que Orwell hizo de la historia bajo un régimen totalitario: la escriben y enseñan los que ganan. Pero comparar los avances en biología con la propagación de mentiras por un régimen dictatorial es un poquito inexacto. Demostrando su gusto por las frases más sorprendentes que precisas, Kuhn llegó a escribir que una teoría superada como la que ponía a la tierra como el centro del universo era tan científica como la copernicana, o la newtoniana, o la de Einstein. Lo que él quiere decir es que todas se basaban en los conocimientos disponibles en su época, pero así y todo resulta difícil justificar que para decir eso sea necesario escribir –como confusamente hace Kuhn- que todas las teorías son igualmente científicas.
¿Quizo o no Kuhn decir que lo cambios en la ciencia se explicaban igual que los cambios de actitud impulsados por la propaganda Nazi? Kuhn dejó esta pregunta –como todas las demás que no cerraban en su teoría- sin responder. Dijo que si bien los cambios científicos tienen algo de similar con la descripción de Orwell, no es tan así. Y allí dejó el asunto.
Hay un concepto en la teoría de Kuhn que se adapta perfectamente a las ideas (o indiferencia ante las ideas) de quienes niegan que exista la verdad. Kuhn escribió que cuando un paradigma reemplaza a otro, los cambios son inconmensurables. Esto quiere decir que no tienen una medida, patrón, o criterio de verdad que sea común a ambos, y por eso no se pueden comparar. Lo único que uno puede decir es que uno reemplazó al otro. El nuevo paradigma no se impone porque arroje más luz, sino porque el anterior muere. Los científicos no lo mencionan más, su interés se vuelca hacia otro lado.
Se ve entonces por qué en Argentina Kuhn es tan popular entre quienes explican (o dejan de explicar) los cambios en el derecho. El supuesto cambio de "paradigmas" describe exactamente cómo un grupo de profesores difunde alguna visión política del derecho (o mejor dicho: reedita la visión de los años 30), y suprime toda referencia a otras distintas. Los autores anteriores no se prohiben, simplemente se deja de citarlos y se evita toda referencia a sus ideas. No se necesita dar órdenes expresas en ese sentido, los seguidores de las teorías que de este modo se hacen dominantes tienen un olfato potentemente desarrollado para  advertir lo que les gusta o desagrada a sus amos (incluso lo advierten antes que ellos mismos).

¿Qué dijo Albert Einstein sobre esto?
Einstein nunca confrontó las teorías de Kuhn. Murió mucho antes de que fueran escritas. Sin embargo, Einstein nos dejó una descripción del avance científico que es totalmente diferente de la de Kuhn. Lo hizo a través de una comparación muy bella, en el libro que se llama, La física, aventura del pensamiento (escrito en colaboración con el físico polaco Leopold Infeld). Hay un página web con el libro (la descripción a que me refiero está en el capítulo 3, sección 4). Tiempo atrás incluso se lo vendía en kioscos en una colección sobre divulgación científica.
Leí este librito hace más de quince años, pero siempre que escucho gente decir que todo es relativo, que la verdad es del más fuerte, y otras justificaciones de la indiferencia, me acuerdo de la comparación de Einstein. La haré ahora tal como quedó en mi memoria, pero recomiendo todo el libro a quien quiera tener una visión breve pero clara y precisa sobre la física moderna.
Einstein dice que avanzar en la ciencia es como subir una montaña. Subimos un poco y vemos un valle desde más alto. Vemos sus contornos más claramente que desde abajo, y aprendemos mucho. Pero luego subimos más, y vemos que más allá de valle hay un lago que no se veía desde el suelo, y ni siquiera desde una elevación moderada. Subimos más y vemos dos nuevos valles, y más montañas a lo lejos. Sin embargo, el primer valle sigue estando allí. No era una ilusión, y los contornos que vimos eran exactos. Pero ahora comprendemos que eran parte de un paisaje más amplio que vemos desde más arriba.
Se advierte enseguida que la descripción de Einstein es completamente diferente al reemplazo de paradigmas que propone Kuhn. El primer valle sigue estando allí. Sin descartar que se descubran y se corrijan errores en las ciencias, lo esencial no es eso, sino incorporar nuevos conocimientos y situar los ya adquiridos en un marco más amplio. Las leyes físicas de Newton no son falsas, sino que luego aprendimos que se aplican a las velocidades y masas corrientes. Einstein no invalidó la física de su tiempo, sino que puso sus leyes en un contexto más amplio, para abarcar valles y montañas que hasta entonces no se habían visto.
Mucho menos se puede decir que los nuevos descubrimientos sean inconmensurables y que no se puedan poner en relación con los anteriores, como afirma Kuhn. No me gusta el argumento de autoridad, pero si de física hablamos el nombre de Eisntein significa algo. Y la de Einstein no es la visión descorazonadora de Kuhn.

4 comentarios:

  1. Ariel considero que son muy atinadas tus reflexiones.
    No obstante, pienso que podría ampliarse el campo de la teoría de Kuhn a las ciencias sociales, y entre ellas al Derecho, en la medida que justamente se aclare que ello no surge estrictamente de la teoría de este autor.
    Al respecto, habría que aclarar en qué consistirían los paradigmas: iusnaturalismo, iuspositivismo (incluyente excluyente), hermenéutica, etc. Señalando además cuáles son los postulados de esas corrientes (tesis de fondo iusfilosóficas: positivismo lógico, teoría de la comunicación) que lo sostienen y cómo la comunidad científica del derecho las comparte (aspecto sociológico de la tesis de kuhn). También habría que aclara cómo se pasa de un paradigma a otro a través de las llamadas "anomalías". Habría que precisar el concepto de "revolución", pues como bien decís no se da así en el derecho, sería más bien como una insuficiencia del modelo para responder frente a ciertos problemas, como ocurrió con los juicios de Nüremberg. Así y con otros puntos más de su teoría...

    Saludos

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    1. Muchas gracias por su comentario nikin. En verdad creo que ampliar la teoría de Kuhn para cubrir algo totalmente distinto aportaría más confusión que claridad. Usted nombra correctamente varias corrientes de pensamiento en el derecho. Pues bien, fíjese que ninguna ha reemplazado a las otras del modo que Kuhn creyó haber visto en la ciencias duras. Por otra parte, dentro de los defensores de los derechos naturales, tenemos pensadores tan distintos como los católicos y Dworkin (casi opuestos en todo). Y finalmente, creo que la teoría de Kuhn no sirve incluso en el terreno en el que él la creyó aplicable. Así creo que lo demuestra la cita de Einstein que puse al final del artículo. Como verá, aunque no coincido con su propuesta, le agradezco por su interés en este tema fundamental.

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  2. Que bueno que alguien que se dedica al derecho se ocupe de estos temas.
    Respetuosamente, me parece que debería releer el libro de Einstein, dado que la relatividad especial sí invalidó un paradigma fundamental de la mecánica de Newton (el tiempo absoluto).
    En ese sentido, el nuevo paradigma (espacio-tiempo como continuo de 4 dimensiones) invalida el anterior a pesar de que la mecanica de Newton siga siendo una buena aproximación para describir algunos fenómenos.
    Einstein se equivocó, no obstante, en su enfoque de la mecánica cuántica como queda claro en ese mismo libro, en el cual se empecina en confundir probabilidad con estadistica y no aceptar que la descripción probabilistica es inherente incluso a particulas individuales no solo a agregados.
    En este caso, no quiso aceptar el nuevo paradigma (esencialmente el principio de incertidumbre de Heisenberg y la interpretación de Copenhague de la mecánica cuántica), y se equivocó como lo demuestra toda la física posterior.
    Justamente, que se pueda decir que alguien se equivocó (o sea que sus proposiciones pueden ser falsables) es una característica de las ciencias, y no de las disciplinas sociales, en lo que concuerdo plenamente con ud.
    El problema comienza cuando los paradigmas se imponen como axiomas o aún peor, como dogmas.
    El libro de Kuhn aplica a las ciencias fácticas, pretender extrapolarlo a otras áreas de conocimiento es un abuso; en ese sentido concido nuevamente con ud.
    Saludos cordiales.

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  3. Gracias por su comentario. Traté de ver qué decía realmente Kuhn, a quien tantos juristas citan sin (sospecho) haber siquiera mirado el índice de su libro. En cuanto a su aplicación a la física, sigo pensando que la comparación de Einstein con el ascenso a una montaña es más acertada que la de cambios de paradigma. Además, la teoría de Kuhn incluye la idea (muy discutible) de que los paradigmas no pueden compararse unos con otros, que una teoría como la de Ptolomeo por ejemplo, no es más ni menos válida que otras, lo que nos dejaría como explicación de los cambios en ciencia al cambio de temperamento o moda entre los científicos. En síntesis, creo que la teoría de Kuhn no es una descripción correcta del progreso científico. Ni hablar claro, de quienes lo citan sin saber lo que dijo

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