martes, 18 de octubre de 2011

La falsificación del pasado en la Argentina. Primera nota

El Día de la Soberanía (...del puerto de Buenos Aires sobre el interior)

El 20 de noviembre la Argentina va a festejar el Día de la Soberanía, establecido por ley 20.770 en 1974. En términos históricos el festejo es relativamente reciente: hasta 1974 no se lo había considerado una gesta nacional.

La fecha se eligió para celebrar la batalla de la Vuelta de Obligado, entre una flota anglo-francesa que intentaba ingresar al Río Paraná y tropas enviadas por el gobernador Juan Manuel de Rosas que intentaron impedirles el paso. El festejo es paradójico, pues las fuerzas argentinas fueron derrotadas, murieron casi 10 argentinos por cada una de las bajas del enemigo (250 muertos contra 26), que además consiguió su propósito de ingresar al Río Paraná hacia su destino. Ver nota en la Wikipedia

Sin embargo, en vista de la resistencia ofrecida, las naves inglesas, francesas (y por supuesto, de cualquier otra nación) comprendieron que era muy riesgoso ingresar a los ríos argentinos sin el permiso del gobernador de la Provincia de Buenos Aires, general Rosas.

Cabe preguntarse ¿a dónde iban esas naves inglesas y francesas? Ingresaron al Paraná y navegaron hacia el norte. Sí ya lo sabemos, el río conduce al norte, no al sur. Pero ¿cuál era su rumbo? ¿Cuál era su puerto de destino? Es revelador que en cientos de páginas web sobre la batalla de la Vuelta de Obligado y el Día de la Soberanía este dato no esté presente.
Los barcos ingleses y franceses intentaban llegar a la provincia de Corrientes, que desde hacía años estaba en rebelión contra Rosas. ¿Para qué querían llegar allí, y porqué Rosas se oponía a que navegaran hasta Corrientes? Busquen alguna explicación a estas obvias preguntas en las cientos de páginas que celebran la derrota de la Vuelta de Obligado y no la van a encontrar, o la van a ver muy oculta bajo párrafos y párrafos sobre la soberanía. Por excepción se puede encontrar alguna página web que no elude las preguntas obvias.

Felipe Pigna, conocido creador de mitos sobre la historia, escribe en una nota en Clarín titulada La primera batalla por la soberanía (¿olvidó la guerra de la independencia?) que la batalla se libró para defender la soberanía nacional. El artículo en la Wikipedia sobre la batalla sigue las líneas de Pigna.

Pacho O’Donnell escribe en La Nación que la batalla frustró la invasión del Río de la Plata (?)  y recuerda que también venían navíos mercantes "relamiéndose por el botín esperado". Absurdo, ¿qué botín podían encontrar en Corrientes? Los barcos venían con manufacturas que eran indispensables en el norte.


Pigna dice que los ingleses también estaban interesados en el algodón de Paraguay. Por supuesto, y además todo el norte quería vender sus productos sin pedirle permiso a Rosas. Pero eso no era un botín sino comercio.

Rosas no quería que los que se oponían a su dominio pudieran comerciar con el exterior. Recordemos que en el año 1845 se importaban hasta las cosas más elementales. Si una provincia no podía comerciar con el exterior, volvía a la edad de piedra. Si cortaba el acceso por el río hacia los puertos interiores, Rosas ahogaba a los rebeldes hundiéndolos en la miseria.

Por supuesto que Rosas, que al ser derrotado años después se refugió en Inglaterra, no tenía ningún problema en comerciar él mismo con los ingleses y los franceses Ver el artículo sobre libre navegación de los ríos en la Wikipedia, bastante más informativo sobre la política de Rosas que el referido solamente a la batalla. Lo que no quería era que otros lo hicieran sin su permiso. Todo pasaba por Buenos Aires, la Reina del Plata, que abría y cerraba la puerta de acceso al país a su gusto (al gusto de Rosas para ser precisos). Los que estuvieran más al norte en el río debían rendirse ante el dueño de la puerta o no tenían acceso al exterior. Buenos Aires usaba el río como si fuera suyo.

Por eso es que es cierto que (en lo que le importaba a Rosas) la derrota de la Vuelta de Obligado fue una victoria. Porque logró demostrar que era muy difícil y costoso salir del interior o llegar a él por los ríos sin el permiso de Rosas. El paso del río se le impidió a los barcos no porque fueran extranjeros, sino porque iban a puertos rebeldes. Por eso es que el dato del destino de esos barcos no se menciona o se minimiza en los cientos de páginas web que celebran la victoria. Los barcos ingresaron al Río Paraná luego de la batalla ¿Con destino a dónde? Página en blanco…no haga preguntas incómodas.
La campaña para convertir a Rosas en héroe de la lucha contra una imaginaria invasión extranjera es ridícula. ¡Qué hubieran dicho los correntinos de entonces si hubieran sabido que muchos años después se iba a celebrar en toda Argentina, y también en su provincia, la lucha de un hombre que pretendió doblegarlos cerrando el río! Un río que es de toda la Argentina (y del Paraguay y Brasil, claro), y no del mandamás de la provincia de Buenos Aires.

La lección histórica fue perfectamente comprendida por los grandes hombres que redactaron nuestra Constitución. Quedó grabada en el artículo 26, que dice:

La navegación de los ríos interiores de la Nación es libre para todas las banderas, con sujeción únicamente a los reglamentos que dicte la autoridad nacional.

Para todas las banderas dice. Pocas o ninguna nación del mundo debe tener un artículo semejante. Es que fue un problema propio de la historia argentina, producto de la geografía que favorece a Buenos Aires, y de su abuso por un tirano. Fue la dura lección aprendida al ver que Rosas sentado en Buenos Aires podía sumir al interior en la miseria controlando la entrada y salida por el río.

Los reglamentos que menciona el artículo son los destinados a la seguridad de la navegación, pero no pueden ser usados para favorecer a unos y arruinar a otros. Previendo que algún avivado de los que sobran en Argentina podría querer hacer nula a fuerza de reglamentos la libertad garantizada en el art. 26, el 28 advierte que:

Los principios, garantías y derechos reconocidos en los anteriores artículos, no podrán ser alterados por las leyes que reglamenten su ejercicio.

Ahora bien, haga la prueba de encontrar si alguno de los tantos historiadores y comentaristas que celebran la Batalla de Obligado da una pista que relacione este hecho histórico nada menos que con la Constitución Nacional y se encontrará con otro silencio y otra página en blanco. Libre comercio y libre navegación son ideas contra las que el establishment intelectual lucha desde hace más de medio siglo.

El primero de sus silencios (recordemos) consiste no decir dónde iban los barcos por el Paraná, y para qué. O pretender que se trataba de una invasión. El segundo de los silencios consiste en ocultar la lección que este hecho histórico dejó, y que se puede leer en la misma Constitución Argentina. Pero ¿quién lee hoy la Constitución?